martes, 29 de abril de 2008



Las Cruces de Mayo: La Fiesta de la Cosecha.


Carlos Choque Mariño
Profesor de Historia
Magíster en EIB



En la primera semana de Mayo es una fecha importante para el pueblo Aymara, pues se celebra la “Fiesta de la Cruz de Mayo”. Esta celebración religiosa se realiza en los valles de Azapa, Lluta, Codpa, Camarones y en las diversas comunidades de las Comunas de Putre y General Lagos. En los valles la festividad no dura más de dos días y se realiza de manera familiar ó con los vecinos del sector agrícola donde se encuentra la “Cruz”, en cambio en las comunidades como Putre, Socoroma y algunas comunidades de la precordillera, la fiesta dura más de una semana y tiene como punto relevante procesión de las cruces, las actividades comunitarias y el retorno de las cruces a los cerros sagrado y apachetas, realizándose hermosas y coloridas procesiones acompañadas de música y danzas tradicionales. En el caso del altiplano, la fiesta durante muchos años no se realizaba en todas las comunidades, por que las comunidades habían adoptado la religión evangélica, sin embargo, la fiesta se continúo realizando principalmente en Visviri y hoy otras comunidades comienzan a recuperar esta fiesta tradicional. Lo característico de esta fiesta es el colorido y adornos de las Cruces, lo cual los alférez y pasantes realizan con mucho esmero y cariño pues la “Cruz” es celosa y severa cuando la actividad se realiza de mala manera. Es una fiesta de fe, rencuentro familiar y aparición de un espíritu comunitario que en la actualidad solo aparece en las fiestas rituales, siendo que hace 40 años era una actitud permanente en cada comunidad.

Al vencer los españoles y sus aliados a los Ejércitos Quechuas y Aymaras, después de 14 años de sangrienta guerra que aniquilo los ejércitos andinos, continuaran una guerra de guerrillas de otros treinta años hasta la muerte del último Zapainka Tupac amaru I en el año 1572. “Las poderosas deidades andinas, antiguamente reverenciadas como fundamentos y guardianes de la civilización aymara, quedaban desahuciadas, con su autoridad deshonrada, sus tesoros dispersados y sus templos arrasados hasta los cimientos”(Nicholas Griffiths, 1998). Sobre estas ruinas del Tawantinsuyu, los españoles cambiaran las estructuras políticas, sociales, religiosas del mundo andino y llegará con ello el Cristianismo, agresivo e inflexible que buscaba la sumisión de los aymaras y el abandono de la religión andina. Consumada la destrucción física de los templos y el clero religioso, lo que siguió fue la destrucción psicológica de las comunidades aymaras.

La evangelización española fue por tanto, brutal y despiadada, sin embargo, no pudieron aniquilar el espacio sagrado aymara y la religión aymara quedaron subordinada y oculta. Los primeros curas doctrineros y españoles, tenían la convicción que las practicas religiosas a la Inti Tata, Chaskakoyllor, Illapa, Phaxsimama, Pachamama, Los Achachilas, Wari, entre otros no eran sino una manifestación del diablo. Es decir, a todo lo extraño para ello, lo satanizaron, por lo cual combatieron al diablo con fervor y fanatismo religioso. No se sabe con exactitud cuantos hombres, mujeres y niños murieron en esa conquista religiosa, pero sin duda fueron cientos de miles a lo largo del mundo andino. Un ejemplo de la ceguera religiosa de los primeros curas, fue la campaña de extirpación de idolatrías, donde se enviaban curas investigadores a las comunidades, en donde se interrogaba a la gente sobre sus costumbres y si encontraban que adoraban a la Pachamama o los Achachilas, era enjuiciados por brujería y herejía, en otros casos pueblos completos fueron arrasados por el Cura Pablo José Arriaga, como le ocurrió al pueblo de Mollepampa en el valle de Lluta (ubicado a unos 10 kilómetros a oeste de Poconchile) y al pueblo de Pubrisa (Ubicado entre el Santuario de la Virgen de las Peñas y el pueblo de Livilcar) a comienzo del siglo XVII. A pesar de la permanente investigación de los curas doctrineros de Belén y Codpa, las comunidades siguieron practicando sus costumbres religiosas andinas en la clandestinidad.

¿Qué significa la fiesta de la Cruz de Mayo? y ¿Desde cuando se realiza?. En las campañas de evangelización española, se empleo como principal estrategia el colocar un “Cruz” sobre los templos de los dioses andinos y sobre las cumbres donde se practicaban las ceremonias ancestrales, de manera de simbolizar la conquista religiosa de ese lugar sagrado y esta fue la forma de convertir a nuestros ancestros en “cristianos”. Si embargo, estos nuevos cristianos, “no creían en el cristianismo ni lo entendían pero, por obligación, participaban en los ritos de las primeras iglesias y se convirtió en una costumbre obligatoria”. Lo cual significa, que las fiestas ancestrales dirigidas a los dioses andinos fue vestida con ropas y forma de religión católica, es decir, se reinterpreto la religión cristiana, lo cual demuestra que los españoles nunca pudieron destruir la religión andina, pues el hombre y la mujer andina la escondieron en la propia religión católica; así, el culto al Dios Hacedor Thunupa ó Wiracoha y el Inti Tata se le asimilo a Cristo, la fiesta del Dios del Rayo, se convirtió en la Fiesta de San Santiago, La fiesta del Dios Wari paso a ser la fiesta de San Andrés y los lugares de adoración a la Pachamama, pasaran a convertirse en las fiestas Marianas. Los Carnavales a la Anata; Las fiestas de San Juan y Corpus Cristi pasaron a remplazar a las fiestas del Machaq Mara, pero en esencia era lo mismo; la fiesta a los Santos Difuntos, vino a reemplazar en nombre a otra antigua fiesta de los Achachilas. En el Caso de la fiesta de la Cruz de Mayo, esta vino a intentar reemplazar a una de las fiestas más importantes del mundo andino, la fiesta de la cosecha y la fecundidad de los campos.

Afines del mes de Abril y en el mes de Mayo, gran parte del mundo vive el periodo de mayor alegría, pues los campos se caracterizan por las flores que adornan las terrazas de cultivo y pequeñas chacras, con la papa, el maíz, la oca, las habas, zapallos y frutas en general esta lista para ser cosechada. Debemos recordar que en la Anata, el martes de Ch’alla el abuelo carnavalón y los santos patronos visitan los campos para bendecirlos, siendo una fiesta de pre-cosecha. El cronista Quechua Huaman Poma de Ayala [año 1615], nos dice en que consistía esta fiesta en tiempos del Inka:

“MAIO, AYMORAY QUILLA: En este mes ofrecían otros ganados pintados de todos los colores. En esto de amoral hay otras fiestas (…), dicen hallando una mazorca que nacen dos juntan o papas – y de recoger la comida y llevarlo a casa o al deposito, para guardarse en las cullunas chauays pirua, que son barriles hacen muy mucha fiesta y borrachera, cantan (…). En este mes abundancia de comida; se hinche todas las depócitos y las casas de los pobres y se uecita los yuyos [planta acuática] que an secado y lo que a trauajado para guardar, para que ayga que comer todo el año, para que no ayga hambre en los pobres en todo el rreyno. Tiene esta cuenta en este mes de mayo, Aymoray Quilla.

La Fiesta de la “Cruz de Mayo”, es por tanto una fiesta destinada a celebrar las cosechas y tienen como principal destinatario al Inti Tata (cuando se ofrece incienso mirando hacia el sol en el calvario), la Pachamama, los santos y fundamentalmente a la cruz que simboliza a los dioses ancestrales de cada comunidad, estos los Achachilas (estos representan a los espíritus ancestrales de cada comunidad y pueden ser muchos con distinta jerarquía). Por lo tanto, es una fiesta de mucho recogimiento, fe y alegría donde las familias deben reencontrarse y buscar la armonía entre si y con el espacio sagrado.

Mas informaciones en: Archivo Arzobispal de Lima; Pablo José Arriaga, 1610[1968]; Joseph Bastien, 1978; Bernabé Condori, 1976; Emile Durkheim, 1915; Carlos Choque, 1998; Van Der Berg, 1992; Manuel Marzal, 1989; Luis Millones, 1990; Maria Rostworowski, 1983; entre otros.

lunes, 21 de abril de 2008

Pueblo Aymara y los desafíos para el siglo XXI

Carlos Choque Mariño
Profesor de historia
Magíster en EIB


Durante los últimos 20 años se ha escrito mucho sobre los aymaras y nos han dado distintos orígenes, con variados niveles de logro cultural, mas aún algunos han dicho que no existimos y que somos un constructo, una invención y que gran parte de nuestras “costumbres” y “tradiciones” no son antiguas, sino más bien contemporáneas y por lo tanto no existimos. Como pueblo. Discrepo de estas visiones, pero se debe reconocer que no hemos hecho muchos esfuerzos por aclarar algunos vacíos en nuestra historia. A esto de debe agregar que las necesidades más urgentes que tenemos tiene relación a mejorar nuestra calidad de vida y lograr espacios de representación, lo cual ha sido un proceso arduo y lento, que además, nos ha enfrentado entre nosotros en posturas fútiles y poco provechosas para nuestros derechos colectivos. Y por ello, no hemos tenido el tiempo de indagar y explorar nuestra verdad histórica, nuestra propia versión de la historia. El tema están complejo que año a año se aprueban un promedio de 1.000 millones de pesos para estudiar a los aymaras desde sus orígenes hasta la actualidad, pasando por temas de salud, educación, etc.¿que tanto sabemos de estos estudios?, ¿Cuántos aymaras participan de ellos como investigadores?, no me atrevo a decir que ninguno, pues más de alguien debe estar ahí, no quiero decir que no hay que hacerlo, sino mas bien devolver y retroalimentar a las nuevas generaciones nuestra cultura. Por otro, lado cabe preguntarse por que los profesionales aymaras no han incursionado en estas áreas de investigación, cual es la causa de su desmotivación, tal vez tenga que ver con necesidades mas urgentes en el hogar ó simplemente que estamos tan adscritos a un modelo económico y político, que lo nuestro no están importante. La ausencia de una intelectualidad aymara ha permitido que se elaboren posturas y se asignen contenidos culturales inapropiados a nuestra cultura, inapropiadas a nuestra verdad histórica. Más aún, esta ausencia de intelectualidad lleva a decir a algunos sociólogos y antropólogos no indígenas, que nuestra cultura es A o B, y que es más bien tribal. Esto último es preocupante, pues nos han desprovisto del termino civilización, que a mi entender es un concepto mucho mas amplio y que reconoce los avances tecnológicos y científicos de los aymaras, previa a la invasión española. El hablar de la cultura aymara es no reconocer nuestro pasado, es no reconocer el legado de nuestros antepasados.

Estamos creando cultura, estamos compartiendo bailes y conductas nuevas, lo cual es bueno, pues dinamiza nuestra actual cultura y en cierta manera la revitaliza, pero estamos olvidando las practicas y tradiciones de nuestros antepasados y estamos dejando de lado el un patrimonio intangible e invalorable que se expresa en nuestras canciones, bailes, tradición oral en el olvido. Que están haciendo los jóvenes profesionales en este sentido, creo que no basta con ir los carnavales o la fiesta patronal al pueblo, pues lo que tenemos, nuestras “costumbres” se comienzan a perder de forma irreversible en esta y la próxima década. Es mas triste aún, dado que estas “costumbres” poseen dentro de si elementos y formas rituales que son anteriores a la llegada de los españoles, y que debieron camuflarse en la religiosidad cristiana, debieron enfrentar las campañas de extirpación de idolatrías (campañas sistemáticas de la iglesia para erradicar toda costumbre aymara, mas aún pueblos enteros fueron arrasados por los extirpadores en Lluta y Azapa); debieron enfrentar las consecuencias nefastas de la encomienda y la semi esclavitud indígena de la colonia; las persecución y venganza de los ejércitos españoles tras la derrota de las guerras anticoloniales; nuestras comunidades debieron enfrentar los estragos de las guerras de independencia; la guerra entre Perú y Bolivia en el 1845 y finalmente la guerra del pacifico y los intentos del estado chileno de eliminar nuestra historia e identidad en cerca de 100 años de Chilenización. Nuestras comunidades con sus particularismo y sus propios conflictos logrado aferrarse a lo único que tenían y les daba esperanza, su identidad y sus tradiciones. Debemos reconocer que nuestros abuelos han sido, aguerridos y guerreros, fieles guardianes de sus tradiciones y nosotros estamos olvidando eso, y estamos permitiendo que su sacrificio no valga de nada. Más de alguno pensara que eso es cosa pasada que debemos ser modernos y cambiar, si, podemos cambiar, pero jamás podremos cambiar nuestro rostros y a nuestros padres y abuelos, pues ellos estarán ahí para recordárnoslo.

A fines del siglo XIX el emperador Meiji, realizo una serie de reformas para modernizar Japón y colocarla a la vanguardia de oriente, con un alto costo para su pueblo. Pero de igual forma el acuño, una palabra celebre y hermosa a la vez “…Japón, ahora es un país moderno, tiene vías, trenes, edificios e industrias y vestimos con ropa occidental, pero… nosotros no debemos olvidar de donde venimos y nuestro origen, no debemos olvidar nuestra historia”. Por ello, el día de hoy Japón, es la nación mas tecnificada del mundo, pero a la vez es la que protege de mejor manera su identidad y principalmente a sus agricultores, que son el pilar fundamental del ser japonés.

Muchos nos acusan en la clase dirigente no aymara que estamos inventando todo y de otras barbaridades que no valen la pena mencionar, sin embargo, son los propios europeos quienes han sido el modelo para recuperar nuestra identidad, basta ver como en España, los Catalanes, los Vascos, los Canarios y Andaluces, quieren la autonomía política y otros la independencia, nosotros tan solo aspiramos a tener mas derechos internacionales y mas aún solo defender nuestra identidad en agonía.

Otros ejemplo de cómo en Europa han construido identidad son los siguientes: El soldado alemán en la II guerra mundial lucho por su vida, y no por los idealismo del partido Nazi. Son los mitos los que han colocado a simples personas como iconos de ideológico del Nacional Socialismo que eran inexistentes en el común en la juventud alemana, la cual creció engañaba por una historia y valores que no eran reales. De la misma manera la construcción de la identidad de los Italianos se vaso en elementos indagados en la historia, pues los propios Italianos olvidaron por cerca de 1.000 años su historia e identidad (romana) y solo la comenzaron a recuperar con el renacimiento. Lo mismo a ocurrido en el restos de Europa, dado que ellos han creado un identidad los últimos siglos. El mismo Asterix y Obelix en Francia, el Rey Arturo en Inglaterra y el llanero solitario y los vaqueros en Estados Unidos.

Nosotros somos un pueblo que a lo largo de la historia ha sido profundamente creyente en nuestros antepasados, en nuestra Pachamama, el en Inti Tata, en los Achachilas, en la Luna, el Rayo, tanto así que nuestros ancestros buscaron mil maneras para codificar y ocultar en la nueva fe y en la cultura del español, nuestro verdadero rostro e identidad, hoy tan solo debemos de interpretar sus mensajes ocultos en nuestros tejidos, en los cuentos, en las tradiciones que aún perviven en nuestros ancianos. Somos un pueblo amante de nuestra sagrada naturaleza y de todo lo que lo rodea, sin embargo, hemos olvidado el respeto hacia nuestros hermanos los animales y hemos olvidado como relacionarnos, hemos de buscar nuevamente la armonía con ellos. Somos un pueblo que mira hacia las estrellas y el futuro, pero también mira nuestro pasado cercano, hoy nuestro desafió es conocer y difundir los logros de nuestras civilizaciones aymaras (Tiwanaku y Tawantinsuyu). Valorando nuestro pasado podremos encontrar la armonía y el equilibrio, la armonía que tanto buscaron nuestros ancestros a lo largo de la historia, por ello esta generación es la llamada a desarrollar esta gran empresa.






Jiwasa aymara jaqinakaxa wiñaya
Chachaptanwa kunatsa qhipaxaru
Untasasa, nayraxarusa uñtapxanwa







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